miércoles, 28 de julio de 2010

Mucha Fe...

Que tortura... los controles... creo que en esta etapa de mi vida, son los momentos más difíciles... mas que nada por la incertidumbre y porque cualquier cosita que pueda aparecer, por más ínfima que sea, nos moviliza todo... digo "nos" moviliza, porque este trayecto de mi vida, tengo la suerte de transitarlo con el amor de mi vida.

Ya voy por mi cuarto control... y quien diría que ya han pasado más de 2 años de aquella mañana en que me encontré el bulto en mi mama derecha.
Hoy puedo suspirar y mirar atrás con cierto aire de triunfo... un triunfo sobre una enfermedad terrible... un triunfo sobre tratamientos también terribles... pero con el mismo ánimo de siempre... con GANAS DE VIVIR y cumplir todos mi sueños... nuestros sueños.

Y no es mentira lo que le dije a Inés (una lectora preocupada que dejó un comentario) la fuerza para atravesar esta enfermedad, en mi caso, me la dieron Fer, mi familia, mis amigos y tener mucha fe y no bajar los brazos...
Y hoy acá estoy.. estoy mas sana que nunca... y tengo que volver a repetir lo que siempre digo: SE PUEDE!!!!

Por eso la importancia de hacer los controles... por favor, no dejen de hacerse los auto-controles mensuales porque nosotras, aquellas quienes atravesamos esta enfermedad somos el ejemplo de que se puede VIVIR y GANARLE a esta enfermedad espantosa si la detectamos a tiempo (y claro... también si hacemos los tratamientos no?)

Bueno, les mando un fuerte abrazo y hasta la próxima!

Luciana

4 comentarios:

  1. Simplemente un ejemplo de vida, nadie con mas ovarios que vos!, te quiero Luchita!

    ResponderBorrar
  2. Gracias amiga! Sabés q vos sos una de esas personas q me dieron fuerza! Gracias por estar!

    ResponderBorrar
  3. Leo tu experiencia acerca de los controles y siento estar escribiendo yo misma.
    Es cierto, cada nuevo control es un nudo en la garganta y la necesidad de rezar cuanta oración sepamos para que Dios nos siga acompañando.
    Y cada nueva confirmación de que "está todo bien", es una felicidad inmensa que no se puede llegar a explicar con palabras.
    Haber ganado esta primer batalla es un privilegio que no podemos minimizar. El reto queda de por vida (y espero que sea muy larga), pero también queda el aprendizaje de disfrutar verdaderamente la vida; de celebrar la vida y de honrarla.
    Me alegro por vos y por todas aquellas mujeres que nos atrevimos a pelearla, con el corazón en la boca, un mundo lleno de dudas y miedos, pero con todas las ganas de salir adelante.
    Lo mejor para vos y tu familia.

    ResponderBorrar
  4. Gracias anónimo por tus palabras! Es verdad, no debemos minimizar en absoluto todo lo q luchamos para estar en donde hoy estamos. Y que mejor forma de hacerlo que disfrutar de cada momento de nuestras vidas! Un abrazo grande!

    ResponderBorrar